FIESTA DE SAN JOSEMARÍA ESCRIVÁ

Se celebraron más de 20 Misas en diferentes ciudades de Argentina con la participación de más de 15 obispos. La asistencia de miles de personas mostró el alcance de la devoción popular del Fundador del Opus Dei, y el cariño y afecto que se le tiene en el país.

Mons. Jorge Bergoglio y el Pbro. Patricio Olmos en la catedral de Buenos Aires

Luis de 52 años es un cooperador del Opus Dei, de religión judía, a quien hace dos años le diagnosticaron un cáncer. Actualmente está perdiendo la visión y se está sometiendo a un exigente tratamiento. Le había pedido a San Josemaría que le diera fuerzas para que, después de la aplicación de bio-quimioterapia, pudiera asistir a una de las Misas que se celebrarían en su honor. Finalmente pudo estar presente en una de las ceremonias agradeciendo que ese mismo día los médicos le anunciaron un significativo avance en el control de la enfermedad.

Este es un testimonio de uno de los miles de asistentes que participaron en las diferentes Misas que se celebraron en torno al pasado 26 de junio, 30° aniversario del fallecimiento de San Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei.

El martes 28, el arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Jorge Mario Bergoglio, presidió una concelebración en la catedral metropolitana junto a Mons. Serra, obispo auxiliar emérito de Buenos Aires, Mons. Zecca, rector de la Universidad Católica Argentina (UCA), el Pbro. Patricio Olmos, vicario Regional de la Prelatura del Opus Dei en Argentina y otros 10 sacerdotes. El Pbro. Patricio Olmos recordó en la homilía que para “evangelizar nuestro mundo, además de rezar, es indispensable que nos formemos adecuadamente, reflexionando sobre Dios y el mundo, y estando en condiciones de hacer propuestas superadoras”. Comentó que “para mejorar el mundo se necesitan trabajadores y profesionales cristianos que trabajen mucho y bien en todos los ámbitos”.

Pbro. Patricio Olmos durante la homilía en la catedral de Buenos Aires

También se celebraron Misas en San Isidro –Parroquia Don Bosco–, San Justo –Parroquia Nuestra Señora de Luján– donde Mons. Cuevas, vicario general de la diócesis, recordó el celo apostólico de San Josemaría, y en la catedral de La Plata, donde Mons. Marino, obispo auxiliar de esa Arquidiócesis, explicó la importancia de la llamada universal a la santidad que predicó el fundador del Opus Dei, aún antes de la enseñanza del Concilio Vaticano II.

Mons. Mollaghan, obispo de San Miguel, presidió la concelebración junto a otros siete sacerdotes en la catedral. En la homilía recordó que San Josemaría había vivido tres semanas en la diócesis e hizo referencia al amor y a la delicadeza con que el santo trataba al Señor Sacramentado, animando a los fieles a seguir su ejemplo. En la Parroquia Nuestra Señora de Luján de Sarandí, Mons. Frassia, obispo de Avellaneda, se refirió a la importancia que San Josemaría daba a las cosas pequeñas de todos los días y cómo a través de ellas, había llegado a una santidad tan grande. En esa ceremonia concelebrada junto al Pbro. Jorge Fraile, vicario de la delegación del Opus Dei en Buenos Aires, el obispo bendijo un cuadro del fundador que se colocó en una nave lateral.

En Mar del Plata, Mons. Puiggari, obispo de esa diócesis, presidió la celebración en la catedral. Durante la homilía profundizó unas palabras de San Josemaría en las que promovía “el deseo de buscar la perfección cristiana y de hacer apostolado, procurando la santificación del propio trabajo profesional”(Conversaciones con Mons. Escrivá de Balaguer n. 22).

Mons. Juan Alberto Puiggari en la catedral de Mar del Plata

En Santa Fe, Mons. Arancedo, después de la concelebración que presidió en Nuestra Señora del Carmen, inauguró un retablo con la estatua del santo. Mons. Mirás, arzobispo de Rosario, concelebró la Santa Misa en la Parroquia María Auxiliadora junto a Mons. Ronquino y al Pbro. Luis Caballero, vicario de la delegación del Opus Dei en Rosario. Mons. Luis Collazuol y Mons Héctor Cardelli, celebraron la memoria de San Josemaría en Concordia y en San Nicolás, respectivamente.

En Posadas celebró Mons. Martínez, obispo de la diócesis, y en Salta presidió el arzobispo, Mons. Cargnello, quien al terminar la Misa, expuso una reliquia de San Josemaría para su veneración durante unos 15 minutos.

Mons. Delgado, obispo de San Juan, presidió la celebración en la parroquia Nuestra Señora de los Desamparados y contó algunos recuerdos personales de los años en que se formó como sacerdote al lado del santo. En Tucumán presidió el arzobispo, Mons. Villalba. Además hubo Misas en Mendoza, San Luis, Córdoba y Paraná, esta última fue presidida por Mons. Karlic.

San Josemaría predicaba sobre el valor de cada persona. A 30 años de su marcha al cielo, lo más enriquecedor de esta fiesta de la Iglesia es que Dios se sirva de su vida para que muchos cristianos se sientan llamados a mejorar.“Acercarse un poco más a Dios quiere decir estar dispuesto a una nueva conversión, a una nueva rectificación, a escuchar atentamente sus inspiraciones -los santos deseos que hace brotar en nuestras almas-, y a ponerlos por obra" (Forja n.32).