Encuentro de religiones para reflexionar sobre la Laudato Si'

En el marco del Seminario Internacional de Religiones Comparadas que se lleva a cabo en el Instituto de Cultura CUDES, se realizó un panel interreligioso sobre la encíclica Laudato Sii, del Papa Francisco. Los disertantes expusieron, cada uno desde la perspectiva de su identidad religiosa, sobre la importancia de este documento para el cuidado de la "casa común".

“Han pasado más de dos años desde que el Papa Francisco le dio al mundo el gran regalo de la Laudato Sii. En ese momento, muchos de los pronunciamientos del Papa resonaron profundamente con muchas enseñanzas de mi propia tradición religiosa. Concluí que la encíclica fue inspirada y necesitada en el año 2015 como apoyo para abordar los problemas ambientales que nos impactaban, especialmente el cambio climático”, comenzó diciendo Craig Galli,miembro de la diócesis de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Díasy profesor en la facultad de derecho de la Universidad Brigham Young de Utah.

Deberíamos leerla no sólo para buscar puntos de acuerdo, sino también para considerar atentamente aquellas actitudes o conductas nuestras que estén en desacuerdo con ella.

Craig destacó también que“la humanidad está llamada a tomar conciencia de la necesidad de realizar cambios de estilos de vida, producción y consumo para combatir este calentamiento o al menos las causas humanas que lo producen o acentúan”, y agregó que la encíclica se aplica no sólo a los católicos, “sino también a las personas de todas las creencias, así como a los no creyentes. Deberíamos leerla no sólo para buscar puntos de acuerdo, sino también para considerar atentamente aquellas actitudes o conductas nuestras que estén en desacuerdo con ella. Toda introspección debe impulsar la transformación que el Papa Francisco sin duda busca generar en todos nosotros”.

esta encíclica es una invitación a una eco-espiritualidad, una espiritualidad que desde las raíces religiosas en la que estemos, aborde nuestro lugar en el planeta

Por su parte, el padre Lucio Fiorio, investigador y docente de la Universidad Católica Argentina, esbozó una síntesis del pensamiento de la Laudato Sii: “que la ciencia y la tecnología son buenas, que hay que respetar su autonomía, pero que hay que cuestionar la tecnocracia, que es esta idea de que todo se resuelve tecnológicamente, sobre todo cuando está asociado al economicismo, consumismo y ciertos mecanismos que desestructuran al hombre de su rol en el planeta”. También manifestó que “esta encíclica es una invitación a una eco-espiritualidad, una espiritualidad que desde las raíces religiosas en la que estemos, aborde nuestro lugar en el planeta”.

Omar Abboud es miembro del Instituto Islámico Real Jordán, vicepresidente del Instituto de Diálogo Interreligioso de Buenos Aires y legislador de la Ciudad de Buenos Aires, y quizá por todos recordado por ser parte del “abrazo de las tres religiones” que compartió con el Rabino Skorka y el Papa Francisco en Israel. En su intervención reflexionó sobre la importancia de este documento en el mundo moderno y afirmó que “lamentablemente uno de los signos de los tiempos actuales es la incapacidad de pensar en el otro como un prójimo y, por supuesto, esto incluye a la tierra en un sentido amplio. La cuestión del diálogo interreligioso es uno de los temas que se ha vuelto imprescindible para una mayor convivencia en el mundo moderno. La publicación de la Laudato Siies un hito que invita al debate y a la reflexión profunda. Este documento es, sin duda, el más importante, vigente y de una elocuencia sin igual, que haya surgido en lo que va de este siglo”.

La cuestión del diálogo interreligioso es uno de los temas que se ha vuelto imprescindible para una mayor convivencia en el mundo moderno.

En cuanto a Elías Abramides,cristiano ortodoxo griego y representante del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla en el grupo de trabajo del CMI sobre el cambio climático, después de ofrecer un análisis sobre la problemática actual del medioambiente, comentó que leyendo la encíclica de Francisco se emocionó“hasta las lágrimas porque todo lo que yo resumí acá se desarrolla ampliamente en este documento y he vivido los pasos que ahí se citan. Hace 25 años que estamos luchando con eso y es realmente extraordinario cómo se logró llegar a este resultado. Ofrecemos nuestro testimonio de una incesante voluntad para preservar la pureza, la perfección y la belleza del ambiente natural, la muy buena creación de Dios y la voluntad de cuidar la vida, el más maravilloso don regalado por Dios”.

Podemos subsanar, recrear o reciclar, pero no vamos a poder crear, hay daños que nos comprometen en nuestra existencia.

Por último, elrabino Dr. Gabriel Mincowitz, profesor de derecho hebreo en la carrera de grado y posgrado de Derecho de la UBA y docente de la Diplomatura de Cultura Argentina del CUDES, finalizó diciendo que la Laudato Siiapunta a una reflexión que lleve a una toma de conciencia y responsabilidad. No tenemos poderes omnímodos, esos están reservados a Dios. Nosotros tenemos capacidades limitadas y esas capacidades limitadas nos hacen ser cautos, reflexivos y responsables porque el daño que causamos no tenemos la posibilidad de repararlo integralmente. Podemos subsanar, recrear o reciclar, pero no vamos a poder crear, hay daños que nos comprometen en nuestra existencia. Como dice la encíclica, hay tres niveles de responsabilidad: de los estados o política, empresarial o económica, y social o individual. Si bien nosotros no podemos evitar lo que ya está hecho y requeriría de otras soluciones técnicas que puedan reparar ese daño, sí podemos como seres responsables, decidir cómo manejarnos de aquí en adelante para conservar este mundo, porque si bien hay tres niveles de responsabilidad, hay una sola víctima: el hombre. El hombre va a ser la víctima más costosa de toda esta creación, si la creación no puede ser sostenida”.


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Libro electrónico «Laudato si'»

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