Cantar con Dios

Ana es cantante cubana. Durante un encuentro con jóvenes, durante la JMJ en Madrid, preguntó al Prelado del Opus Dei qué significa "ser alma de oración", como aconsejaba san Josemaría.

Ana, de Cuba, participó en la JMJ de Madrid 2011. Durante un encuentro con jóvenes en el palacio de Vistalegre, hizo una pregunta al Prelado del Opus Dei.

- Soy Ana y vengo de Cuba junto con LizMary y Rosario...

Juntas asistimos a los medios de formación en La Habana.

-¡Sí!

- Mis papás son Cooperadores, y ambos son actores y profesores. Yo soy cantante y en septiembre curso en la facultad de Artes escénicas en la Universidad.

- Padre, como católica e hija de Dios, sé la importancia de tratarlo personalmente, también para influir más en mi ambiente pasando por encima de las dificultades, ¿qué me aconseja para ser “alma de oración”, como decía San Josemaría?

- Te quiero decir que tú, cubana, con tus amigas, sois fruto de la oración de San Josemaría. La primera vez que fue a América en 1970, tuvimos que detenernos en Miami, porque era aeropuerto de tránsito, y allí, mientras nos atendían y nos daban una Coca-Cola para que recuperáramos un poco la falta de sueño, estuvo hablando con un cubano, y le habló concretamente de las ganas que tenía de ir. Han pasado ya 41 años y no han disminuido esas ganas en el Opus Dei. Tenemos un deseo muy grande de llegar a trabajar en Cuba en cuanto nos lo permitan porque hay gente que está muy dispuesta a ir a esa tierra.

Tú estás trabajando en la profesión de ser artista. Ten en cuenta que con tu arte, puedes hacer oración. Te contaré algo que repito muchas veces: una mujer del Opus Dei era cantante lírica, y cantaba una canción de una ópera que se llama Turandot en la que decía que cuando le había mirado el emperador, se había llenado de felicidad. Ponía todo el esfuerzo posible por cantar aquella estrofa con la mayor fuerza posible. Y le preguntaron sus colegas de trabajo: oye, ¿pero por qué pones tanto empeño en hacer eso, que se ve que pones el alma y el corazón? Y les dijo: porque lo refiero a Dios. Sé que en todos los momentos me está mirando. Pues tú, cuando cantes, o cuando bailes, que lo hagas con Dios y para Dios.

Y que concretamente en ese ambiente donde puede haber una cierta tendencia a la frivolidad o la mundanidad, no cedas.

Que te des cuenta de que con tu integridad y con la formación en tu profesión puedes hacer apostolado. Sigue rezando para que, si cantas, cantes "divinamente", ofreciéndoselo al Señor y también para que pronto, pronto, pronto, se nos abran al Opus Dei las puertas de Cuba, que estamos deseando ir para trabajar con vosotros.