¿Cómo disfrutar de las vacaciones en familia?

Apolline y Olivier están a punto de comenzar sus vacaciones con sus cinco hijos en Francia. ¿A dónde irán? ¿cómo entretendrán a sus hijos? ¿dejarán algún momento para ellos? ¿queda sitio para Dios en las vacaciones?

La familia Delplanque, con sus primos.

Apolline y Olivier Delplanque, son franceses y supernumerarios del Opus Dei. Tienen cinco hijos, de entre 8 años y 4 meses. ¿Cómo preparáis las vacaciones?

Las preparamos con mucho tiempo de antelación: hablamos, pensamos, planificamos... ¡pero tenemos la curiosa costumbre de decidirlo todo en el último minuto! Aun así, gracias a Dios, siempre hemos podido encontrar la casa que deseábamos. Nos gustan las excursiones, así que, después de haber conocido Vercors, Bourgogne y Auvergne, este año nos hemos decidido por Les Vosges.

¿Y qué haréis?

Comenzaremos las vacaciones con un encuentro de familias, donde podremos saludar a amigos que no vemos desde hace tiempo. Lo hemos organizado todo de forma que tanto los padres como los niños, cada grupo por su cuenta, recibimos unas charlas amenas de formación humana. La tarde queda libre. Nos pareció que se trata de una oportunidad para que nuestros hijos reciban un poco más de formación cristiana y se den cuenta de que también otros niños tienen una sana "curiosidad por las cosas de Dios".

Después saldremos los siete hacia Les Vosges donde nos esperan unas excursiones fantásticas. Me gustaría repetir un plan que hicimos el año pasado: visitar a diversos artesanos de la zona. Se aprende a fabricar el papel, lápices, cuchillos, etc. Ellos mismos respondieron a muchos de los porqué y cómo que nuestros hijos nos plantean y les da ya una cierta idea de lo que es trabajar.

Apolline Delplanque, madre de cinco niños.

¿Hay alguna prioridad en vuestras vacaciones?

La más importante es pasar juntos los mejores momentos de las vacaciones. Serán un balón de oxígeno para el curso que comienza luego. Cuando el año se haga cuesta arriba, nos volverán a la memoria esos buenos momentos, los bellos paisajes, las bromas divertidas o las pequeñas catástrofes que luego se recuerdan con buen humor.

La palabra "prioridad" me ha recordado también a la dedicación que damos a cada uno de nuestros hijos. El verano es un gran momento para progresar: al mayor le ayudaremos a superar su timidez; a la pequeña le enseñaremos a ser más limpia en la mesa; a la tercera, a saber ver el lado bueno de las cosas, etcétera.

¿Qué consejos daríais a los padres de familia que, como vosotros, tienen hijos pequeños?

Que duerman una pequeña siesta por turno, que se divieran y rian con los hijos y que, si es necesario, se tomen su tiempo para discutir. El ritmo del curso es a veces muy intenso, y no hay mucho tiempo para estar juntos, para hablar de las cosas más prácticas y materiales. Las vacaciones sirven también para detenerse y tomar impulso: hablar con calma de cada uno de los hijos, pasear con calma de la mano, y ¡enamorarnos una vez más de nuestra pareja y descubrir de nuevo que es realmente estupenda!

Como creyentes y supernumerarios del Opus Dei, ¿qué momentos dedicais a Dios?

Procuramos ir a Misa todos los días, con o sin los niños. A veces vienen con nosotros: el mayor hace de monaguillo y la pequeña aprovecha para echarse una siesta de media hora. Nos gusta también recitar el rosario mientras paseamos y mi marido y yo hacemos, cada uno por su cuenta, un rato de oración, de conversación con Dios. A nuestros hijos, a veces les digo: "Ahora me voy a rezar, diez minutos, pero luego iré a ver tu cabaña". Y ellos respetan esos momentos de paz. Ahora bien, si estamos con amigos o con los abuelos procuramos hacer esas costumbres, pero con más discreción: si la Misa es un motivo de discordia, ¡entonces no sirve de mucho!